Una escena que se repite mucho en España, desgraciadamente, es la de llevar a tu perro en el interior del vehículo sin protección o de copiloto con la cabeza casi al completo sacada por la ventanilla. En un primer momento, nos produce ternura y cierta gracia el hecho de ver al animal con la lengua fuera y observando cada detalle que le rodea, pero es cierto que podría convertirse en una situación muy peligrosa, además de estar sancionada por la Ley de Tráfico. Curiosamente, este tipo de escenarios es lo que quiere evitar a toda costa la Dirección General de Tráfico y la nueva Ley de Bienestar Animal, que exigen que las mascotas viajen de forma segura y con "sistemas de retención adecuados", como, por ejemplo, con arneses de doble anclaje, rejillas homologadas o con transportines. Tal y como sucede con las personas, que deben cumplir rigurosamente con una serie de normas de circulación, como, por ejemplo, llevar puesto el cinturón de seguridad en todo momento, las mascotas también deben realizar un conjunto de requisitos que garanticen su seguridad y la del resto de ocupantes del vehículo en caso de una situación peligrosa y comprometida. En la búsqueda de un nuevo elemento de seguridad para las mascotas, se presentó un tipo de 'asientos para animales', pero fue totalmente denegado por la Dirección General de Tráfico. ¿El motivo? pues bien, al parecer no ofrecía ningún tipo de efectividad y/o seguridad para la mascota y el resto de ocupantes, pues era imposible que retuviese a la misma en caso de choque. El Reglamento General de Tráfico y la Ley de Bienestar Animal regulan cómo deben de viajar las mascotas en los vehículos y, por lo tanto, también rigen cuáles son las multas en caso de no cumplir con las normas de circulación. "Los conductores deben asegurar la adecuada colocación de los objetos o animales transportados para que no haya interferencia entre el conductor y cualquiera de ellas", explica el Reglamento Genera de Tráfico. De lo contrario, lógicamente, estarías expuesto a una sanción que, a continuación, explicaremos, y que podría ir desde los 100 hasta los 200. 000 euros. Por otro lado, también hay que destacar que la Ley de Bienestar Animal establece sanciones que van desde los 500 hasta los 200. 000 euros, dependiendo del daño causado al animal en cuestión. Las infracciones se pueden clasificar en tres: leves (10. 000 euros); graves (50. 000 euros); o muy graves (200. 000 euros). Si nos centramos en un ejemplo para explicar esta última y tercera opción, sería dejar olvidado al animal en el interior del habitáculo y provocar su muerte por el calor o las altas temperaturas.