Un puente es la excusa perfecta para entregarnos de lleno a una buena serie y el formato maratón ha demostrado ser perfecto cuando queremos introducirnos al máximo en una historia y vivirla con la máxima intensidad de principio a fin. Si eres de los que disfrutan con una buena tarde de sofá, entonces las miniseries serán tus mejores aliadas. Son perfectas para narrar historias que necesitan algo más de desarrollo que una película y nos dan la libertad de poder consumirlas en uno o dos días, convirtiéndose en el plan perfecto para cualquier fin de semana. Además, la calidad de estas producciones ha aumentado considerablemente en la última década, ofreciéndonos auténticas obras maestras firmadas por grandes directores internacionales y con repartos tan llenos de estrellas que compiten con las mejores películas de Hollywood. Aquí te traemos propuestas de miniseries recientes -y otras que quizás se te han escapado- disponibles en plataformas y perfectas para devorar de una sentada. ¿Por cuál vas a empezar?¿Y si el verdadero enemigo no estuviera fuera, sino dentro del propio sistema? Esa es la pregunta que plantea este thriller político creado por Eric Newman (Narcos), Noah Oppenheim (El corredor del laberinto) y Michael Schmidt para Netflix, dirigida por Lesli Linka Glatter (House, The Newsroom). El expresidente de EE UU, George Mullen -interpretado por un Robert De Niro siempre brillante- es llamado a liderar una investigación tras un ciberataque que provoca numerosos accidentes y deja al país al borde del colapso. Lo que comienza como una crisis tecnológica pronto se convierte en un juego de sospechas, y conspiraciones, generando una tensión enorme que conseguirá engancharte desde el primer episodio. Si disfrutas con las tramas de poder, los giros inesperados y las reflexiones sobre las dinámicas en la política, aquí tienes una ficción perfecta para devorar de una sentada. Hay decisiones que te salvan la vida. Eso es lo que hizo Javier Giner —aquí interpretado por un inmenso Oriol Pla— al ingresar voluntariamente en un centro de desintoxicación tras años atrapado en una espiral de adicción y autodestrucción que no solo le afectaba a él mismo, sino que estaba empezando a resquebrajar su entorno. A partir de esa experiencia real, narrada también en su libro homónimo, el propio Giner, junto a Aitor Gabilondo (Patria) escribe y dirige esta miniserie de seis capítulos que esquiva el morbo para abrazar el lado más humano de la adicción: la culpa, el miedo y el deseo de volver a ser alguien. Una de esas historias llenas de dolor y redención que merecen ser encontradas, con personajes frágiles, imperfectos y reales. Rodrigo Sorogoyen vuelve a demostrar que las pequeñas historias también pueden emocionarnos. En Los años nuevos, disecciona con precisión quirúrgica —y con una naturalidad desarmante— ese momento en que la juventud se empieza a desdibujar y la adultez todavía no encaja del todo. Ana y Óscar parecen tener vidas completamente opuestas: ella necesita un cambio radical que ponga las cosas en orden; él disfruta de la estabilidad que ofrece una buena carrera y un entorno lleno de amor genuino. Cuando ambos cumplen 30 años se conocen y se enamoran, dando pie a una relación que se alargará por 10 años y estará marcada por altibajos. Lo que sigue es un retrato honesto y empático sobre los años de relación entre estas dos personas tan diferentes, con momentos de intensidad y otros de tedio, pero narrado con tal sensibilidad que es imposible no quedar atrapado. Alauda Ruiz de Azúa dirige con una sobriedad deslumbrante esta historia sobre lo invisible, lo que no se puede contar, pero que define las dinámicas dentro de cada casa. En solo cuatro episodios, construye un íntimo drama familiar que es, a su vez, un thriller judicial. Una inteligente mirada al consentimiento dentro del matrimonio, con Nagore Aranburu en el papel de Miren, una mujer que, tras 30 años de silencio, decide denunciar a su marido (Pedro Casablanc) por violación continuada. Lo que sigue es una herida abierta que atraviesa a toda una familia, mientras sus hijos (Miguel Bernardeau e Iván Pellicer) deberán decidir quién de los dos dice la verdad. Las inmensas actuaciones de todo el reparto, especialmente Aranburu, consiguen remover e incomodar, haciendo de Querer una serie imperdible. Si The Batman de Matt Reeves te dejó con ganas de seguir explorando la podredumbre de Gotham, El Pingüino es tu próxima parada obligatoria. Este spin-off oscuro y brutal arranca justo donde acabó la película protagonizada por Robert Pattinson, y se sumerge de lleno en el ascenso criminal de Oswald Cobblepot. Colin Farrell, irreconocible tras prótesis y maquillaje, ofrece una interpretación magistral que le ha valido el Globo de Oro. La serie, creada por Lauren LeFranc, es un thriller mafioso sórdido, despiadado y lleno de tensión, donde las lealtades cambian constantemente y el poder se disputa de la forma más violenta. Una elección acertada si disfrutas con el noir más sórdido. Este espectacular western no se anda con sutilezas: arranca con una masacre real —la de Mountain Meadows, en 1857— y no levanta el pie del acelerador en ningún momento. En este crudo retrato del Oeste americano, donde las fronteras entre civilización y barbarie son un espejismo, una madre (Betty Gilpin, brillante) y su hijo (Preston Mota) cruzan territorios plagados de mormones armados, soldados desconfiados y tribus desplazadas, todo mientras huyen de un pasado que los pisa los talones. Con una fotografía tan impresionante como los parajes en los que tiene lugar, y una violencia que roza lo existencial, esta creación de Mark L. Smith (El renacido) ofrece una inmersión total en un mundo donde sobrevivir no es garantía de nada. Si te atraparon Godless o Deadwood, aquí tienes material del bueno para disfrutar -y sufrir- a lo grande. Producida por Steven Spielberg y Tom Hanks, Los amos del aire completa la trilogía bélica iniciada con Hermanos de sangre y The Pacific. Aquí la guerra se libra desde el cielo, a bordo de bombarderos B-17 que sobrevuelan la Alemania nazi. Frío, miedo y fuego cruzado en una serie que impresiona por su realismo y su calidad cinematográfica. Pero si algo eleva esta historia es su reparto: Austin Butler, Barry Keoghan, Callum Turner. . . la nueva élite de la gran pantalla, reunida en una producción de gran altura. Un retrato de la guerra lleno de adrenalina y tensión, con momentos épicos y un realismo capaz de estremecer desde el primer episodio. Con Alfonso Cuarón a los mandos y Cate Blanchett frente a la cámara, solo cabe esperar un resultado excelente, o lo que es lo mismo: un thriller psicológico elegante y perturbador. Catherine Ravenscroft (Blanchett ) es una reputada periodista que se ha ganado la fama por destapar diferentes delitos. Sin embargo, su vida se tambalea al recibir una novela anónima donde ella es la protagonista. Mientras trata de descubrir al autor, tendrá que enfrentar las consecuencias de su pasado, mientras su entorno comienza a darle la espalda. Secretos perturbadores y una culpa que la persigue se entrelazan en una historia tensa y atmosférica, rodada con la sensibilidad de Cuarón y un ritmo que nos mantiene al borde de la silla. Siete horas frenéticas sobre el poder del pasado, la extorsión y la identidad. La Mesías es toda una experiencia. Los Javis firman aquí su obra más ambiciosa y perturbadora: un viaje emocional entre la herida y la redención. Ligeramente inspirada en el fenómeno Flos Mariae, la serie consigue alcanzar una dimensión estética y narrativa alucinante, con unas interpretaciones espectaculares y un reparto de altísimo nivel; especial mención a Carmen Machi, Macarena García y Roger Casamajor. Cuando Enric ve por casualidad un vídeo musical de un grupo de pop cristiano le asaltan todo tipo de recuerdos traumáticos sobre su infancia. Desesperado, busca a su hermana (Macarena García) para tratar de rescatar a las muchachas. En este viaje, descubriremos que su pasado está ligado al de esas jóvenes y nos adentraremos en una verdad oscura, llena de fanatismo religioso, traumas y dolor. Visualmente genial, musicalmente hilarante, emocional, divertida y crudísima, esta serie multipremiada es un testimonio de la madurez creativa de Los Javis. Tras el éxito de Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer, Ryan Murphy vuelve a adentrarse en los rincones más oscuros de la mente humana con una segunda entrega que recoge otro de los capítulos más perturbadores de la crónica negra estadounidense. Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez revive uno de los crímenes más mediáticos de los 90, en el que dos jóvenes de una familia adinerada (Nicholas Alexander Chavez y Cooper Koch) mataron a escopetazos a sus padres -aquí interpretados por los emblemáticos Javier Bardem y Chloë Sevigny. Con una narración que capta perfectamente el nivel de confusión que envolvió todo el proceso judicial, Murphy consigue elevar la historia más allá del terror y las consideraciones morales, poniendo el acento en la difusa línea que existe entre la víctima y el verdugo y haciéndonos la pregunta: ¿quiénes son los verdaderos monstruos?El rastro se aleja de los grandes alardes del true crime televisivo para ofrecernos una intriga sobria y meticulosa cuyo principal atractivo es su original forma de resolver el crimen central. Basada en hechos reales, adaptando el libro de no ficción The Breakthrough: How the Genealogist Solved the Double Murder in Linköping, de los autores Anna Bodin y Peter Sjölund, la serie sigue a un detective y a un genealogista (Peter Eggers y Mattias Nordkvist) que trabajan juntos para resolver un doble asesinato cometido en Linköping, Suecia, hace dieciséis años. Sin una conexión clara ni pistas que seguir, el caso se convirtió en un auténtico reto para los investigadores, que fueron incapaces de resolverlo, hasta que se pone en práctica una avanzada técnica basada en la investigación genealógica, normalmente utilizada para la búsqueda de ancestros. Este enfoque tan original convierte a El rastro en una rara avis que aporta dosis de ciencia e intriga a partes iguales. El simpatizante arranca con fuerza gracias a la impecable dirección de Park Chan-wook, que imprime su sello visual y narrativo a unos primeros episodios brillantes. Adaptación de la novela ganadora del Pulitzer de Viet Thanh Nguyen, esta miniserie se mueve entre el drama de guerra, el thriller de espionaje y la sátira, con una mirada poco habitual sobre la Guerra de Vietnam y su legado. Curiosa, inteligente y, en muchos momentos, visualmente hipnótica, cuenta la historia del Capitán (Hoa Xuande) un espía de Vietnam del Norte infiltrado en el ejército de Vietnam del Sur. Cuando se ve obligado a huir a los Estados Unidos comienza un debate moral mientras trata de compaginar su nueva vida y su deber de continuar informando al Viet Cong. Especial mención a un camaleónico Robert Downey Jr. que se transforma una y otra vez en un puñado de personajes caricaturescos, dando un toque de humor y poniendo de manifiesto su capacidad interpretativa. ¿Es posible mezclar la comedia y el drama de una forma tan retorcida como conmovedora? El epicentro de True Love es un pacto entre amigos, pero no un pacto cualquiera. Lo que empieza como una borrachera bienintencionada en un funeral va evolucionando hacia un dilema moral incómodo: prometen entre ellos que, si se da el caso, se proporcionarán una muerte digna. Con un reparto brillante encabezado por Lindsay Duncan y Clarke Peters, la serie aborda la vejez, la eutanasia y el amor entre amigos de una manera cruda y realista, pero con la comedia como ingrediente base. Es una de esas series que lo tiene todo. Así nos ven es una miniserie tan poderosa y cruda como necesaria, que encuentra su mayor virtud en las interpretaciones del reparto principal. Dirigida por Ava DuVernay y basada en el caso real de los “Central Park Five”, la serie reconstruye el drama judicial que marcó a cinco adolescentes de Harlem —Kevin Richardson (Asante Blackk/Justin Cunningham), Antron McCray (Caleel Harris/Jovan Adepo), Yusef Salaam (Ethan Herisse/Chris Chalk), Korey Wise (Jharrel Jerome) y Raymond Santana (Marquis Rodriguez/Freddy Miyares)— injustamente acusados de una violación en 1989. Sin concesiones, el relato denuncia las fallas del sistema legal estadounidense y ofrece una crónica conmovedora de la juventud robada, mientras acompañamos a los jóvenes tanto en su paso por las diferentes penitenciarías como en su difícil vuelta al hogar. Galardonada con un Emmy para Jharrel Jerome y un BAFTA a Mejor Serie Internacional, es televisión imprescindible. Si después de Adolescencia te has quedado con ganas de ver más de Stephen Graham, su papel en The Virtues es posiblemente uno de los más geniales de su carrera. La miniserie, dirigida por Shane Meadows, narra la historia de Joseph (Graham), un hombre traumatizado que ha recurrido al alcohol y las drogas para tratar de escapar a su pasado. Con una vida en ruinas, decide volver a su pueblo natal para enfrentar los recuerdos de una infancia marcada por los servicios sociales que se hicieron cargo de su tutela. Allí se encontrará con Dinah (Niamh Algar), tan rota como él, pero capaz de brindarle un cierto consuelo. The Virtues es un drama devastador, profundamente humano, que nos hará reflexionar sobre los traumas y el impacto que las experiencias de la infancia pueden tener en nuestra vida adulta y cómo el perdón puede ser tan doloroso como sanador. Creada por Marti Noxon y dirigida por Jean-Marc Vallée con un característico montaje fragmentado, Heridas abiertas es un inquietante thriller psicológico que se adentra en los rincones más oscuros de la mente y la memoria, con una lectura muy realista de la maternidad tóxica. Se trata de una adaptación de la primera novela de Gillian Flynn, que narra la historia de la periodista Camille Preaker (Amy Adams) quien, después de una temporada interna en un hospital psiquiátrico, regresa a su pequeña ciudad natal para cubrir los asesinatos de dos chicas adolescentes. Envuelta en su trabajo periodístico, pronto tendrá que enfrentarse a sus propios demonios y dramas familiares para tratar de desentrañar la historia de los crímenes. ¿Quieres estar a la última de todas las novedades de cine y series? Apúntate a nuestra newsletter.