Muere Hulk Hogan, el mito que trascendió la lucha libre empañado por escándalos sexuales y racistas

Terry Bollea, más conocido como Hulk Hogan, su nombre artístico, falleció este jueves 24 de julio a los 71 años. Una de las mayores leyendas de la historia de la lucha libre y un icono de la cultura pop, su estatus como mito del pressing catch es imborrable, aunque sus innumerables polémicas dejan su legado en un extraño limbo. Nacido el 11 de agosto de 1953, Terry no tuvo una infancia sencilla, pues sufría de obesidad. "Me hacían bullying, porque cuando era joven estaba muy gordo. Nunca me quité la camiseta en la playa hasta los 19 años", compartiría más adelante durante una campaña contra el acoso escolar. Siempre fue un apasionado del deporte, jugando al fútbol y americano y al béisbol, aunque pronto se enamoró de la lucha libre, a la que acabaría dedicando una buena parte de su vida. Su debut profesional llegaría en 1977, no sin antes sufrir algunas de las barbaridades propias de la industria en aquella época. Durante su primera práctica, su entrenador, Hiro Matsuda, le rompió deliberadamente la pierna para comprobar si Bollea estaba comprometido con el wresting. Y lo estaba. Apenas dos años después de su estreno en el cuadrilátero, fichó por primera vez por la WWE (entonces WWF), compañía en la que terminó de asentarse en 1984, cuando Vince McMahon, quien le había comprado la promoción a su propio padre, estableció al ya conocido como Hulk Hogan como la cara de la empresa, entre otros motivos, por el reconocimiento que ganó el luchador por su aparición en Rocky III. El 23 de enero de aquel año, derrotó a The Iron Sheik en el Madison Square Garden para coronarse campeón mundial de los pesos pesados de la WWF. El cinturón (cuyo linaje desemboca en el Campeonato de la WWE) ayudó a instaurar a Hogan como el luchador más reconocido del mundo, gracias también al primer WrestleMania (1985), que contó con la participación de figuras como Mr. T o Cyndi Lauper. No perdió el título hasta 1987, y lo ganó cinco veces más. La 'Hulkamania' estaba desbocada a finales de los 80. Hulk era un habitual de los platós de televisión y en Hollywood, aunque nunca llegó a asentarse en la gran pantalla al mismo nivel que algunos de sus sucesores, como The Rock, John Cena o Batista. Quizá por ello volvió al wrestling, pero esta vez con la WCW, la gran competencia de la WWF en los 90, donde revolucionó la industria con su heel turn (cambio de personaje a villano) para formar el legendario grupo nWo. Siguió luchando hasta bien entrado el nuevo milenio, de nuevo en la ya llamada WWE, tras absorber esta a sus compañías rivales. Su último combate, contra Randy Orton en SummerSlam 2006, ejemplifica perfectamente algunas de las críticas de sus compañeros. Es tradición que, cuando un luchador cuelga las botas, pierda su último combate, para pasar el lustro a su rival más joven. Pero Hogan ganó, confirmando su posición como número uno, como siempre intentó hacer por todos los medios, labrándose una fama de político tras bambalinas. Ya alejado de los cuadriláteros, pero unido a la lucha libre como promotor de TNA, fue protagonista de varios escándalos, como la publicación de un vídeo sexual sin su consentimiento, por el que ganó 31 millones de dólares tras un proceso judicial, hundiendo al portal amarillista Gawker; o fuertes comentarios racistas, por los que la WWE llegó a retirarle temporalmente su estatus como miembro del Salón de la Fama. Durante sus últimos meses de vida fue uno de los principales aliados de Donald Trump en su campaña electoral, dando un discurso en la convención del Partido Republicano en 2024. Su salud empeoró tras una cirugía de cuello en mayo de 2025, y finalmente falleció por un paro cardiaco el 24 de julio. "La WWE no estaría donde está hoy sin los personajes 'más grandes que la vida misma' que compiten en el ring… y pocos, si es que hubo alguno, fueron más grandes que Terry 'Hulk Hogan' Bollea. Vestido de rojo y amarillo o del blanco y negro de la nWo, era, sencillamente, un icono. Como un 'Americano Real' o como líder de una de las facciones más grandes de la industria, trascendió y elevó el negocio a cotas nunca antes vistas, en todos los países y continentes. No hubo nadie como Hulkster y es muy posible que nunca haya otro. Mi familia envía sus condolencias a su familia, amigos y fans", escribió Paul Lavesque (Triple H), actual mandamás de la WWE en su cuenta de X.
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