Irati, la ‘Bilbainita’ de TikTok: "Si no hago nada malo, ¿por qué no voy a mostrarme como soy?"

Autenticidad. Visibilidad. Diversidad. Tres palabras que resumen el camino de Irati, una bilbaína de 30 años con discapacidad que se ha convertido en un fenómeno en TikTok e Instagram (@iratigm. 14). Con más de 300. 000 seguidores, esta joven creadora de contenido, que compatibiliza las redes con su trabajo como dependienta, ha impulsado los Premios Bilbainita, unos galardones creados por y para influencers que apuestan por la cercanía, la creatividad y la inclusión. Su próxima gala será en el teatro Bilborock y los beneficios se destinarán a la Asociación de Autismo Bizkaia. En esta entrevista, Irati comparte cómo venció el miedo a exponerse, cómo compagina su día a día con su faceta pública y por qué cree que mostrarse tal y como uno es en redes sociales puede cambiar muchas cosas. Irati recuerda con nitidez el día en que se animó a abrir su perfil de TikTok al público. Le costó dar el paso: “Me daba miedo por los malos comentarios”, admite. Sin embargo, un pensamiento le dio el empujón definitivo: “No hago nada malo, hago lo que me gusta, ¿por qué no mostrarlo?”. Así fue como comenzó una aventura que la llevaría, años después, a llenar teatros con galas benéficas y convertirse en referente para muchas personas con discapacidad. “Soy una persona real”, repite varias veces durante la conversación, como quien defiende un principio innegociable. En sus vídeos, no hay postureo ni maquillaje emocional: bailes, retos virales, reflexiones espontáneas o maquillajes con transiciones que, en algunos casos, le llevan hasta ocho horas de trabajo. “Intento transmitir algo que no tenga filtros, que sea yo misma. Si algo no me gusta, no lo hago por visitas”, explica. De hecho, dice que sube contenido todos los días a TikTok, y que en Instagram se deja llevar por la inspiración del momento. Aunque asegura que no se guía por los números, confiesa que le gustaría llegar al millón de seguidores. “No me obsesiono. Subo lo que me gusta y si a la gente le gusta, perfecto. Y si no, también”. Actualmente ronda los 30. 000 seguidores en Instagram y supera los 300. 000 en TikTok. Irati compagina su faceta digital con su trabajo como dependienta, profesión que lleva ejerciendo más de una década. También fue ayudante de cocina, aunque por problemas de salud tuvo que dejarlo. Pese al reconocimiento que ha ido ganando, afirma que intenta separar lo personal de lo profesional. “En el trabajo no suelo contar mucho sobre mi vida. Aunque a veces vienen a pedirme fotos mientras estoy atendiendo, y claro, no puedo”. Su naturalidad ha conquistado a muchos. “Me gusta que la gente que me sigue sea cercana, buena gente. Aunque haya tenido alguna mala experiencia, la mayoría son maravillosos”, dice. A veces se la han acercado por la calle, incluso en momentos inesperados, como mientras tomaba algo con sus amigos o caminaba con su madre: “Ella se moría de vergüenza”, recuerda entre risas. Pero uno de los proyectos que más la ilusiona son los Premios Bilbainita, una idea que se le ocurrió hace tres años al ver que en otros eventos “siempre invitaban a las mismas personas” y ella nunca era convocada. “Pensé: ¿por qué no voy a crear yo mis propios premios?”. Así nacieron estas galas, que comenzaron en directo por redes y que, con la ayuda del Ayuntamiento de Bilbao, pasaron a celebrarse en el teatro Bilborock. “El año pasado me decían que no iba a vender entradas. . . y las vendí todas”. Este año repite: todo lo recaudado irá destinado a la Asociación de Autismo Bizkaia. La discapacidad, la diversidad funcional y su propia experiencia con la epilepsia y el retraso madurativo son temas que también aparecen en su contenido. “Antes me costaba asumirlo, pero después de ir varios años a terapia, ahora me siento bien y no tengo problema en hablar de ello”. Irati defiende que lo importante es no dejarse frenar por las críticas: “El tren pasa una vez. Hay que hacer lo que a uno le gusta, siempre que sea algo positivo. Si a alguien no le gustas, es su problema”. Entre sus referentes destaca a Ignacio Onieva, creador de contenido con parálisis cerebral, cuyo trabajo en redes admira profundamente. “Me encanta su contenido. Explica genial la diversidad funcional. Íbamos a grabar juntos, pero por trabajo no pude quedar con él”. Irati es consciente de la responsabilidad que conlleva tener tanta visibilidad. Aun así, no se deja presionar. “Sigo siendo fiel a mí misma. Me fijo a veces si un vídeo ha tenido muchas visualizaciones, pero no me condiciona”. A sus padres les reconoce una paciencia infinita: “Están todo el día aguantándome grabando vídeos en casa”, bromea. Son también su principal red de apoyo, aunque le recuerdan constantemente que las redes pueden ser un espacio difícil. Preguntada por sus objetivos de futuro, confiesa que tiene un proyecto “cociéndose” que aún no puede contar, aunque espera poder hacerlo pronto. De momento, sigue creando contenido cada día, llenando teatros y demostrando que las redes pueden ser también un espacio para la verdad y la diferencia. “Hay que ser cada uno quien es, sin filtros. Reales. Porque al final, eso es lo que conecta con los demás”.
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