Otras restricciones para salir a la calle en Barcelona: las que imponen la vejiga y los intestinos, que se han convertido en limitadores naturales de las horas que pasan los ciudadanos fuera de casa. Y es que con bares y restaurantes abiertos solo a primera hora de la mañana y al mediodía para evitar la propagación de la Covid-19, hay momentos en que la capacidad que tiene cada uno de aguantar la necesidad de ir al WC marca el tiempo. La red de lavabos públicos es escasa para evitarlo, pues existen poco más de 100 para los más de 1. 600. 000 habitantes de la capital catalana, e intentar localizarlos es muchas veces como buscar una aguja en un pajar. No solo porque hay pocos, sino también porque el Ayuntamiento no publica una lista con su ubicación para “evitar colas” en un contexto de pandemia.
Los ciudadanos se quejan a pie de calle y a través de las redes sociales, y protestan también entidades que representan a personas con enfermedades que provocan que haya que ir al WC con una frecuencia superior a la habitual. Reclaman más lavabos públicos y transparencia a la hora de situarlos en el mapa.
"Sería muy acertado que se instalaran más, y si no, que habiliten los árboles, como con los perros", bromea en el paseo de Gràcia Demetrio Moreno, un jubilado de 83 años, que lamenta que ahora, si necesita un váter, se tiene que ir a su casa. Critica, además, que está "mal" que el Consistorio no publique una lista, porque "también se forman colas en las tiendas". Por su parte, Marçal Badia, un estudiante de 22 años, cuenta que el otro día su madre salió a caminar con las amigas y a los pocos segundos volvió a entrar en casa, porque se acordó de que antes tenía que ir al lavabo "por si acaso". Y Samuel Tapia, de 25 años y músico, explica que una vez que venía del aeropuerto, llegó al WC por los pelos.
También hay quien denuncia la situación en Twitter, como Chema Sarri, un barcelonés que vive en Tokyo y dice: "Con todo cerrado y pudiendo quedar con amigos solo para pasear y tomar un café por la calle, creo que lo que eché más de menos en España fueron los lavabos públicos. En Barcelona, ¡no existen! mientras que Japón es la tierra de los baños impolutos y gratuitos".
Con todo cerrado y pudiendo quedar con amigos solo para pasear y tomar un café por la calle, creo que lo que eche más de menos en España fueron los lavabos públicos. En Barcelona, ¡no existen! mientras que Japón es la tierra de los baños impolutos y gratuitos🚽 pic. twitter. com/J0egPHzjGy— Chema Sarri (@chemasarri) January 19, 2021
Más grave es el hecho de no encontrar un lavabo para algunos enfermos a quienes les resulta más difícil que a otras personas aguantarse. Andrea de la Torre, del departamento de atención al paciente de la Asociación Diabetes Catalunya (ADC), señala que si esta enfermedad “no está bien controlada y la glucosa en sangre es alta, esto puede dar mucha sed y ganas de orinar”. Además, apunta que “hay personas pudorosas a la hora de inyectarse insulina en público” que necesitan un baño para hacerlo. “Que el Ayuntamiento no informe de donde están los lavabos es dificultar el acceso a lugares que son de necesidad”, denuncia.
Por su parte, Alejandro Amo, presidente de la Asociación de Enfermos de Crohn y Colitis Ulcerosa de Catalunya (ACCU), explica que este tipo de pacientes “frecuentemente tienen que ir al WC con urgencia” y “hay muchos con miedo a salir y que salen poco y muy cerca, no por el virus, sino por la angustia ante el riesgo de hacérselo encima”.
Explica también que la entidad cuenta con una red de más de 4. 000 bares, restaurantes y comercios de proximidad colaboradores en 139 municipios catalanes, entre ellos Barcelona, que ofrecen sus baños a quienes les enseñan la tarjeta ‘No puedo esperar’, pero que “ahora solo están abiertos el 25%”.
“Que las administraciones hagan una reflexión de que es necesaria una buena red de lavabos públicos”, dice, y se queja de que no publicar el listado “es inadecuado porque estás quitando un servicio ciudadano”.
Fuentes del Ayuntamiento afirman que, aunque la lista no se difunda masivamente “por prevención”, desde los distintos servicios municipales, como por ejemplo las Oficinas de Atención Ciudadana (OAC), se informa si alguien lo pide. Así lo han hecho Anna y Álvaro, dos barceloneses que han sido solidarios y han creado un mapa de lavabos que han colgado en internet, en la dirección lavabos. github. io.
Llegar a esta web, sin embargo, es complicado si no se sabe de su existencia. Los únicos WC públicos de Barcelona cuya ubicación es fácil de consultar son los de Ciutat Vella, el distrito más turístico y el más surtido, pues el Consistorio publicó hace años otro mapa en la red en el marco de una campaña para evitar que se orinara en la calle. En esta zona de la capital catalana, según datos municipales, existen 19 lavabos, algunos en cabinas autolavables y otros en locales fijos. Se pueden encontrar en puntos como por ejemplo la Rambla del Raval, la plaza de la Catedral o el paseo Picasso.
Además, informan desde el Ayuntamiento, en los parques de la ciudad hay cinco cabinas y 44 lavabos en chiringuitos, y 12 en las playas, pero estos solo están disponibles durante la temporada de baño.
Se pueden utilizar, asimismo, los baños de 46 equipamientos municipales, pues el Consistorio decidió abrirlos a la ciudadanía ante la restricción de horarios de bares y restaurantes.
Otro daño colateral de la pandemia: la odisea de ir al lavabo fuera de casa

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