El gató es una tarta o coca de almendras típica de la isla de Mallorca. Probablemente con origen galo -Gâteau significa pastel en francés-, es una tarta exquisita y delicada, sorprendentemente nada conocida fuera de la zona. Nos recuerda a la tarta clásica que hacían nuestras abuelas o a la tarta de Santiago pero con una esponjosidad y textura que conquista corazones.

Esta tarta suele acompañarse con helado de almendra, pero si no encontramos podemos usar uno de vainilla. El conjunto podría definirse como la merienda perfecta -para días especiales, claro-. Lleva muy pocos ingredientes y es fácil de hacer. Eso sí, hay que hacerla con calma y con mucho amor porque los movimientos envolventes son el único secreto para mantener el volumen y la textura del gató.

Seguramente no sobrará ningún pedazo pero hemos podido comprobar que si congelamos en porciones individuales bien envueltas y después dejamos descongelar a temperatura ambiente queda tan buena como el primer día. Así que no es mala idea hacer de más y tener siempre unos pedacitos de esta maravilla en el congelador al lado del helado. Un toque de calor para servir el gató templado también es una buena idea. Ingredientes

- 250 gr. de almendra triturada (cruda)
- 8 huevos 
- 250 gr. de azúcar blanco 
- Ralladura de piel de limón 
- 5 gr. de canela en polvoInformación práctica:

- Tiempo de elaboración: 20 minutos + 30 de horneado.
- Kcal. 300 por 100 gr. aprox. Elaboración

1. Precalentamos el horno a 180º con calor arriba y abajo. 
2. Forramos el fondo de un molde redondo con papel de horno y también las paredes. Podemos usar mantequilla para que el papel se quede pegado.
3. Si hemos comprado las almendras enteras, las trituramos en un robot de cocina hasta que quede una harina fina. 
4. Mezclamos la almendra picada con la ralladura de la piel del limón (previamente lavado).
5. Añadimos la canela y mezclamos bien los tres ingredientes. Reservamos. 
6. Con mucho cuidado separamos las claras de las yemas de los huevos. Es importante que lleven un rato fuera del frigorífico para montar el merengue sin problemas. 
7. Necesitamos unas varillas eléctricas a partir de este punto. 
8. En un bol mezclamos las yemas con la mitad del azúcar. 
9. Batimos con las varillas eléctricas hasta que se vuelvan blanquecinas y doblen su tamaño. Este proceso puede tardar unos  4-5 minutos, pero es importante hacerlo bien para conseguir una tarta esponjosa. Las yemas blanqueadas tienen que tener una textura muy cremosa. Reservamos.
10. En otro bol algo más grande empezamos a batir las claras de huevo. Cuando empiecen a blanquear vamos añadiendo el azúcar muy poco a poco y sin dejar de batir. 
11. Seguimos batiendo hasta conseguir un merengue consistente que forme picos y no se caiga al darle la vuelta al bol (cuidado al hacer la prueba, con inclinarlo un poco es suficiente).
12. Volcamos la yemas blanqueadas en el merengue y con una lengua y movimientos muy suaves y envolventes, vamos mezclando para conseguir una sola masa que no pierda su volumen. 
13. Poco a poco vamos incorporando la almendra aromatizada y removiendo con mucha suavidad. 
14. Pasamos la mezcla final al molde forrado y alisamos con la espátula para que quede uniforme. 
15. Horneamos entre 35-40 minutos dependiendo del tamaño del molde, lo ideal es que tenga entre 24-26cm. Para comprobar si está hecho pinchamos con un cuchillo y cuando salga limpio, sin restos de masa, lo sacamos del horno. 
16. Si vemos que la parte de arriba empieza a quemarse, cubrimos el molde con papel de aluminio. 
17. Dejamos templar y desmoldamos con cuidado. 
18. Le damos la vuelta con un plato.
19. Espolvoreamos azúcar glas con un colador para decorar. Claras, yemas y azúcarEMMA GARCÍAClaras blanqueadasEMMA GARCÍAMerengueEMMA GARCÍAClaras, merengue y almendra aromatizadaEMMA GARCÍAGató recién salido del hornoEMMA GARCÍA