El PNV no acostumbra a salir con las manos vacías de sus visitas a Moncloa y la de este martes no fue ninguna excepción. El lehendakari Imanol Pradales logró arrancarle al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, una nueva batería de competencias para afianzar el autogobierno vasco, pero, sin embargo, se marchó del palacio presidencial menos satisfecho de lo esperado. Más allá de que el apetito competencial de los nacionalistas es siempre insaciable, el lehendakari esperaba un acuerdo para gestionar la prestación por desempleo. Ese era el primer punto en su agenda de trabajo, pero Sánchez, a pesar de su debilidad, logró retener esa competencia para el Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz. Y, quizás, la presión de Sumar ha influido en la resistencia de Sánchez, a tenor de las palabras de Pradales, que tras la visita a Moncloa pidió al presidente que ponga "orden" y ejerza "un mayor liderazgo" en su Gobierno de coalición. El plato fuerte de la Comisión Bilateral de Cooperación Permanente (nombre técnico de esas reuniones entre los gobiernos central y vasco) era la gestión de la prestación por desempleo y el subsidio una vez agotado el paro. La transferencia de esas competencias fue acordada en el pacto de investidura con el PNV que permitió a Sánchez seguir en Moncloa y los nacionalistas esperaban materializarlas este martes. Aunque Pradales confía en que sean una realidad "en los próximos meses", salió de su reunión con Sánchez con el gesto torcido y admitió que lo acordado no se corresponde "completamente" con los objetivos pactados. De hecho, solo se han cedido a Vitoria prestaciones no contributivas, lo que, a juicio del Gobierno, no rompe la caja única de la Seguridad Social porque se respeta "el modelo unitario y el principio de solidaridad", según el ministro Ángel Víctor Torres. Pradales no llenó el zurrón tanto como quería en su visita a Moncloa, pero sí se llevó un buen puñado de competencias y acuerdos a medida para los nacionalistas. El más importante es el traspaso de las prestaciones no contributivas de la Seguridad Social, lo que permitirá al País Vasco gestionar la tramitación, reconocimiento, pago, inspección, control y potestad sancionadora de cuatro prestaciones familiares no contributivas: la asignación económica por hijo o menor acogido a cargo, la prestación por nacimiento o adopción, la prestación por parto o adopción múltiple y el subsidio especial por nacimiento. Con el traspaso de estas cuatro prestaciones se cierra la transferencia a Euskadi de las prestaciones no contributivas. Las nuevas transferencias suponen un coste de unos 100 millones de euros anuales, que se descontarán del cupo vasco, es decir, del dinero que el País Vasco aporta anualmente al Estado para financiar las competencias que no son de ámbito autonómico. Además, el PNV ha logrado gestionar la recaudación y abono de las prestaciones económicas del seguro escolar. Este traspaso tampoco es baladí, porque permitirá la asunción de las funciones para la gestión del régimen económico de la Seguridad Social en lo que al seguro escolar se refiere. Por tanto, por primera vez el gobierno vasco asumirá la función de la Tesorería General de la Seguridad Social, "un traspaso cualitativamente importante", en palabras de Pradales. Otra competencia arrancada por los nacionalistas es la de Salvamento Marítimo, que permitirá a Euskadi asumir la planificación, coordinación y prestación de los servicios de búsqueda, rescate y salvamento marítimo en las aguas territoriales del Estado correspondientes al litoral vasco, así como la exigencia de tasas por salvamento y la potestad sancionadora. Asimismo, el Gobierno también cede al País Vasco las instalaciones que albergan el Centro Nacional de Verificación de Maquinaria (CNVM), con sede en Barakaldo. Es el centro de referencia para todo el Estado especializado en analizar la exposición a agentes químicos y físicos, seguridad en máquinas y equipos de trabajo y el estudio de las condiciones psicosociales y cuenta con un laboratorio de metrología, salas de ensayo y personal especializado. Además de las citadas transferencias o cesiones, el PNV ha logrado una serie de pactos que figuraban en su hoja de ruta: