La mala educación de Merys quedó palpable este jueves en First Dates al crear una terrible tensión con su cita, Nacho, al que le hizo constantes comentarios sobre su físico tales como "no hay que comer mucho" o "es muy gordo para mí", algo que él aguantó estoicamente hasta la decisión final, de la que se marchó indignado. Desde el principio, ella dejó claro que el disimulo no era su fuerte, pues comenzó a aludir a su peso nada más verle entrar por la puerta. "¡Madre mía! ¿Qué me trajeron, una (bombona de) butano? No me gustan gordos. A Carlos Sobera le voy a dar una paliza", exclamó. El disgusto de Merys no pasó desapercibido a su compañero, quien explicó que adelgazar es "una batalla que está perdida". Ya en la mesa, Nacho le dijo que la notaba "un poco seria", y es que ella no dejó de criticar todo durante la cena y hacer observaciones su físico. "Tampoco hay que comer mucho, que uno se pone gordo", le dijo a la cara, algo que reiteró cuando hablaba a la cámara. Él se percató de la incomodidad de su cita y, en privado, opinó que, "por la cara" que ella puso al verle, no le faltó "mucho para irse" a mitad de la cena. Aun así, Merys se quedó todo el programa e incluso afeó que él no se ofreciera a pagar toda la cuenta. Llegada la decisión final, obviamente, ella dijo que "no tendría una segunda cita" porque Nacho no le gustaba: "Mi tipo es una persona más delgada, flaco, más esbelto, más alto… Nada, es muy gordo para mí". Harto de aguantar y de ser educado, él estalló. "Solamente tengo que añadir una cosa… Has hecho un juicio de valor y no estoy de acuerdo. Puedo tener algún kilo de más, pero eso no tiene que ver nada", sentenció. "Los enfoques en la vida hay que hacerlos de otra manera muy diferente, no hay que entrar en el tema estético", sostuvo Nacho, en alusión a la manera poco educada de hablar que tenía ella. "Además, los dos estamos de muy buen ver. Y aquí he terminado".