Fin de curso: ¿Un cierre en falso?


         Fin de curso: ¿Un cierre en falso?
Julio tampoco ha sido un buen mes para el gobierno de coalición. La entrada en prisión de Santos Cerdán, hombre de máxima confianza del presidente Sánchez, y el cierre en falso que supuso el comité federal del 9 de julio no ha mejorado su imagen ante los ciudadanos. No es extraño, por lo tanto, que el PSOE siga por debajo de los 110 escaños, incapaz de remontar la situación y con una fidelidad de voto inferior a los dos tercios: uno de cada tres votantes de 2023 no repetiría ahora papeleta si se convocaran elecciones. Algo similar ocurre con esa formación de nombre irónico, Sumar, que restaría hasta veinte escaños, para acabar con poco más de diez en un nuevo parlamento. En la acera de enfrente, todo son mejoras: el PP le saca diez puntos porcentuales a los socialistas y consolida una mayoría cómoda que quizá le permita incluso elegir aliados a la hora de conformar gobierno. VOX, por su parte, mejora en un punto los resultados de junio y se acerca a los cuarenta escaños, con ambas formaciones mostrando un plus de fidelidad muy acusado con relación a los partidos de la izquierda. Lo más destacado de la encuesta, en cualquier caso, es la caída en la valoración del presidente del Gobierno, quien se sitúa por primera vez por detrás de Santiago Abascal en la estima de los ciudadanos. Un presidente con una imagen muy desgastada y que no ha parado de empeorar en toda la legislatura, alcanzando ahora su peor valoración de los últimos cinco años. El problema para Pedro Sánchez es que, además, su némesis en el partido, Emiliano García-Page, le supera con claridad en la valoración de los ciudadanos, especialmente entre los que se ubican en el centro, que es donde se suelen ganar las elecciones (un 2,5 el presidente por un 4,3 el toledano). Los españoles no creen que la crisis se haya cerrado con las medidas anunciadas por el presidente Sánchez en el Congreso el 9 de julio: la gran mayoría le dan poca credibilidad. Quizá por ello se mantiene el sentir mayoritario —más del 60% de los españoles— de que el presidente debería de haber dimitido después de anunciar la batería de medidas. Frente a lo que pudiera parecer cuando uno se asoma a los medios gubernamentales, los políticos que salieron más reforzado del debate fueron Santiago Abascal, y a continuación el líder popular Alberto Núñez Feijóo. Y, aunque los españoles prefieren un gobierno de los populares en solitario, a un tercio de sus votantes les atrae más la idea de gobernar en coalición con los de Abascal. Occidente ha girado a la derecha y, como le contó hace un siglo Manolo Hugué a Josep Pla en la primera biografía moderna que se escribió en España: "Nuestro tiempo pesa sobre nosotros como un peso de plomo".

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