El recién reelegido presidente del PP clausura el congreso nacional de su partido prometiendo devolver las siglas populares a la Moncloa. Si en la jornada de este sábado vinculaba el éxito de la cita de este fin de semana a lograr "el cambio del Gobierno" y presentaba su manual de la "decencia", este domingo ya ha afinado el "cómo lo hará": con un gobierno estable y desde la centralidad. Alberto Núñez Feijóo proyecta un gobierno en solitario "sin vetos a Vox como pide la izquierda y sin vetos al PSOE como pide Vox". También "limpio" de corrupción, para hacer frente a la trama que azuza al Gobierno de Pedro Sánchez. Todo ello de la mano de un decálogo de prioridades que se compromete a aplicar nada más alcanzar su deseada Presidencia. "Vamos a demostrar que España tiene solución". En la clausura del congreso nacional, el popular ha marcado las líneas rojas del partido. "¿Qué gobierno habrá después de las próximas generales? Solo hay dos opciones: o Sánchez o yo. Quiero un Gobierno en solitario porque el único en coalición hasta la fecha no ha funcionado. Hay que trabajar n conseguir las alianzas en el Congreso". Incluso, ha abordado la relación con otros partidos, tal y como pedían algunos compromisarios y voces territoriales en las enmiendas que finalmente fueron pactadas. De este modo, Feijóo ha optado por enfrentarse al elefante en la habitación. "¿Vamos a establecer un cordón sanitario a Vox como nos pide la izquierda? No. no estoy dispuesto a arrinconar a sus votantes. ¿Vamos establecer un cordón sanitario? con este PSOE es imposible pactar esto no significa renunciar ara siempre recuperar los consensos, voy a tener grandeza. ¿Entonces no habrá cordones sanitarios en nuestro Gobierno? Si, a Bildu, ha dicho entre grandes aplausos. ¿Qué pasará si me faltan votos para nuestra investidura? No me voy a someter al independentismo. ¿Cuál será la relación con los nacionalistas? claridad y vigilancia, fuera de la ley y la Constitución nada, no voy a consentir más desafíos a nuestro país". Es decir, que el líder de la oposición no renuncia a la que fuera su meta fallida en las generales de 2023: gobernar en solitario. Pero a diferencia de hace dos años, esta vez, aclara que trabajaría "en alianzas con todos los grupos parlamentarios en las Cortes", excepto con Bildu "mientras no pida perdón a las víctimas de ETA y colabore en el esclarecimiento de todos los crímenes". De conseguirlo, avanza la que será su promesa en el discurso de investidura: "El muro entre españoles ya no existe. se acabó la pesadilla". En su discurso de clausura del congreso, ha anunciado las diez tareas prioritarias que aplicaría en sus primeros 100 días de Gobierno: un plan de regeneración democrática e institucional, aprobar el plan de vivienda del PP que aprobaría en el primer Consejo de Ministros para decir "basta a los okupas", revisar las 97 subidas de impuestos de Sánchez y, "si, vamos a bajarlos", asegura; para que "merezca la pena trabajar" promete volver a situar a la clase media como el motor del país; también incrementará los médicos de familia y aprobará un pacto nacional del agua. Asimismo reducirá la inmigración ilegal porque "¿cómo lo ilegal va a tener derechos?", y la seguridad. Como novena prioridad, "hay clarificar la política de defensa" y "aprobar una ley de lenguas para que todos los niños españoles puedan ser educados en español".