La inflación da más motivos al Banco Central Europeo (BCE) para seguir recortando los tipos de interés en un entorno agitado por los aranceles de Donald Trump y la situación cada vez más delicada en Oriente Medio a raíz de la guerra entre Israel e Irán. Los precios subieron un 1,9% de media en mayo, tres décimas menos que el mes anterior y por debajo del objetivo a medio plazo del 2% que tiene establecido la entidad. Los datos que ha confirmado este miércoles Eurostat, la oficina de estadísticas europea, explican el descenso de la inflación por la caída de los precios energéticos (se abarataron un 3,6% con respecto al mismo mes del año pasado) y el aumento más moderado de los de los alimentos, que subieron un 4,3% en términos interanuales, seis décimas menos de lo que lo habían hecho en abril. Los bienes industriales no energéticos, como son los componentes para la industria, los productos farmacéuticos y cosméticos o los electrodomésticos, entre otros se encarecieron un 0,6%, prácticamente lo mismo que el mes anterior. Otra buena noticia llega de los servicios. Sus precios subieron un 3,2% en mayo, frente al 4% de abril, dando también algo de respiro a la entidad, que se había mostrado muy preocupada por su resistencia a moderarse. En cuanto a la tasa de inflación subyacente, que excluye de su cálculo los precios de la energía y de los alimentos frescos, cayó al 2,3% desde el 2,7% del mes anterior. El BCE mira con lupa esta variable porque tiende a reflejar tensiones más estructurales de los precios. En general, son datos que reflejan cómo que el proceso desinflacionista "sigue a buen ritmo" en la región, destaca Juan J. Fernández-Figares, de LinkSecurities. Que el IPC se sitúe por debajo de la meta del BCE es esencial para que la entidad pueda recortar algo más los tipos y seguir estimulando la economía a través de un crédito más barato. Este permite a los hogares seguir consumiendo y ofrece mejores condiciones a las empresas para poder invertir. En sus previsiones de primavera la Comisión Europea apuntó a que la economía del área crecería un 0,9% este año, a un ritmo moderado. Desde Singular Bank advierten de que si EEUU impone nuevos aranceles a la Unión Europea -una vez que culmine la tregua de noventa días que las partes se han dado para negociar-, estos afectarían especialmente a Alemania, Francia o Italia, motores tradicionales de la región. España, aunque también podría crecer algo menos, se mantendría como la economía más dinámica. Al mismo tiempo, la crisis abierta entre Israel e Irán y el amago de Estados Unidos de entrar en el conflicto podrían generar tensiones adicionales y traer más incertidumbre a la economía global. A principios de mes el BCE anunció la octava bajada consecutiva de los tipos de interés, en un intento por consolidar la recuperación económica de la Eurozona. La posibilidad de que la entidad aplique nuevos recortes al precio del dinero tras el movimiento de junio supone un alivio para los hogares endeudados con hipoteca variable y mejora las condiciones de acceso al crédito (la banca ajusta  también sus ofertas de hipotecas mixtas y fijas en consecuencia). Esto es muy relevante en un contexto complejo por las tensiones del mercado inmobiliario ante la falta de oferta y una demanda creciente. De momento el euríbor, principal indicador para los préstamos a tipo variable en España, ve situarse su media mensual en el 2,077%. De despedir el mes en este nivel, se reduciría ligeramente con respecto a mayo (cuando cerró en el 2,081%) y registraría un fuerte descenso al compararlo con el mismo mes de hace un año, cuando el indicador se situó en el 3,65%.